• 23 Nov 2023
Concentración
Creatividad
Daniel Goleman
La concentración y su paradoja
Notas sobre: Focus: El motor oculto de la excelencia

Durante nuestra infancia, a menos que hayas sido uno de esos niños perfectos, solían pedirnos concentración, ya sea en clase o en casa, mientras estudiábamos la tabla del 3 o nos aprendíamos las capitales del mundo, especialmente en aspectos académicos. La atención que nos requerían era la de estar concentrados para interiorizar lo que nos explicaban y poder aplicarlo por nuestros propios medios de manera correcta. En general, aprendemos de esta manera, y cuanto más concentrados estamos en un nuevo tema, mayores son las posibilidades de interiorizarlo.
¿Has escuchado que la mejor forma de aprender bien un tema es explicándolo? Esto sucede porque al explicar algo a alguien, no solo debemos recordar lo que debemos saber, sino que también comenzamos a cuestionar la naturaleza de lo que estamos tratando de enseñar y buscamos la mejor forma de hacerlo. Esto crea circuitos adicionales sobre el tema que estamos impartiendo. Ahora bien, probablemente todos dirán que lo ideal en la vida sea poder estar siempre concentrados en lo que tenemos por delante, ya que alguien así puede abordar todo lo que tiene por hacer de inmediato, a diferencia de las personas que procrastinan y son vagas, entre otros adjetivos.
ero, y es un gran "pero", la desconcentración se ha encontrado que es también importante. Cuando nuestra mente está divagando en sus rincones, no es que no esté haciendo nada, es más, está trabajando incluso mientras escribo esto, o mientras ustedes lo leen. ¿En qué? No es fácil saberlo, tal vez imposible, pero en algo. Sin embargo, en este momento, al estar concentrados en este tema, probablemente no esté trabajando mucho en ese mundo subconsciente; depende de la concentración de cada uno. ¿Qué significa que sea bueno estar divagando? Pues lo que se ha encontrado es que el divagar mentalmente es la fuente de la inspiración de las ideas creativas; es donde surgen nuevas ideas y no solo eso, sino que es lo que termina procesando todo lo que aprendemos, reforzando caminos neuronales sobre el nuevo idioma que estamos aprendiendo, o sobre esa fórmula matemática que vimos en clase.
Las personas con TDA o trastorno por déficit de atención son un ejemplo en el cual cuentan con mayor creatividad que la persona promedio, ya que suelen distraerse mucho, sus pensamientos y asociaciones son más amplios y les ayudan con la creatividad. Por ello, tal vez, hoy en día, en la era de la inteligencia artificial, donde los procesos lógicos y el razonamiento causal son altamente valorados y constantemente referidos como superiores a cosas como la creatividad o el arte, empiecen a tener un cambio de paradigma.
"La mente intuitiva es un don sagrado y la mente racional es un servidor fiel. Hemos creado una sociedad que honra al sirviente y ha olvidado el regalo" - Albert Einstein."
Este concepto al que se refería Einstein es sumamente interesante, no solo nos demuestra por qué empresas altamente creativas al principio se vuelven, con el tiempo, más de lo mismo una y otra vez. No es porque no haya creatividad, pero probablemente sus fundadores y empleados se han vuelto esclavos de una rutina, han creído que ha sido su mente racional la que los ha llevado lejos, y probablemente sí, pero han olvidado que ha sido la mente creativa la que les ha dado la gallina de los huevos de oro.
Ahora, para llegar a un mundo en donde se fomente más el pensamiento creativo, se requieren un montón de reformas que seguramente no llegarán durante nuestras vidas, a menos que seamos quienes tomen las decisiones en donde trabajamos. Pero lo mejor para fomentar la creatividad es contar con tiempo libre y atmósferas amigables con el proceso de innovación. Las ideas llegan por asociaciones de pensamientos y correlaciones de eventos o sucesos. La mente racional es capaz de tenerlas, pero está altamente limitada a una cantidad de elementos del ambiente presente en el que se encuentra. La mente creativa, la ascendente, puede y suele tomar todo lo que ha ocurrido en algún momento. Por lo tanto, las ideas verdaderamente creativas suelen tener un valor más alto que las que vienen de un análisis o un estudio (pensemos en un departamento de investigación y desarrollo que ha perdido incontables veces con un par de estudiantes que han abandonado sus carreras trabajando en un garaje).
Si queremos crear ideas innovadoras, debemos empezar a buscar espacios libres en nuestra agenda, aprender a divagar y disfrutar de la vida, hablar con personas nuevas, experimentar nuevos entornos, y así, poco a poco, es posible que nuestra mente salga con ideas verdaderamente innovadoras.